En un sondeo realizado por Excélsior previo al recital, los espectadores explicaron que, a pesar de que sabían de la presencia de Rihanna en el Distrito Federal, se inclinaron por el intérprete de Suave debido a que simplemente “es irremplazable” .
“Sí conocemos a Rihanna, pero no sabíamos que hoy tocaba en México, y sinceramente a Luis Miguel no me lo podía perder”, expresó una seguidora, que sabe que al cantante mexicano todavía le restan 21 conciertos por ejecutar en el Auditorio Nacional.
Y es que sólo bastaba con poner un pie en el coso de Reforma para darse cuenta de que la elección de las casi 10 mil personas asistentes era la correcta, pues Luis Miguel ofreció un espectáculo nuevamente memorable, en el que nunca dejó de sonreír, de bailar y de disfrutar cada una de las canciones que interpretó.
A pesar de que lució más accesible con sus fans, al establecer contacto físico con algunos de ellos estrechándoles la mano, Luismi también fue precavido, pues cada vez que se acercaba a su público un guarura lo escoltaba a medio metro de distancia y lo sostenía de la cintura para evitar cualquier imprevisto.
Eso sí, su contacto verbal con su audiciencia fue muy limitada, pues su manera de comunicarse es la música. Y en eso es impecable. Luis Miguel lució casual y elegante (con un saco y camisa blanca que luego cambió por unos de color negro), sensual y divertido, amigable y feliz.
También sufrió algunos pequeños problemas de eculización con el micrófono, que sorteó como los grandes, como un artista que en nueve años ha realizado 155 conciertos en el Auditorio y ha sido visto por 1.5 millones de personas.
Amarte es un placer, Entrégate, Cómplices, Bravo amor bravo, y Si tú te atreves, fueron algunos de los temas que interpretó antes de que un inmaculado mariachi apareciera sobre el escenario, que tenía como centro una pantalla gigante rodeada de otra formada por leds y cubierta por un arco de luces.
Sabes una cosa, Que seas feliz, Y..., De qué manera te olvido, México y La Bikina fueron los temas que pusieron sabor a México y que Luismi cantó con ese amor que nunca ha ocultado a nuestro país.
Hacia el final de las dos horas de concierto, el cantante apareció vestido de negro para cantar Será que no me amas y Es mejor, tras lo que agradeció a su gente: “Los quiero. Gracias por venir. Hasta la próxima”, con lo que puso punto final a la noche.
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