El cantante llegó con la misma táctica que ha usado en otras ocasiones: de madrugada, a toda velocidad y a bordo de camionetas negras protegidas con cortinas oscuras.
"El Sol" arribó en su jet particular al Aeropuerto Internacional aproximadamente a las 2:30 horas, pero no fue hasta 10 minutos más tarde que salió de las instalaciones por la terminal C.
En la central aérea lo esperaban desde horas antes tres motociclistas del Tránsito de Monterrey para escoltarlo en su recorrido rumbo al Hotel Quinta Real, en San Pedro, que desde ayer lució blindado por elementos del Ejército y del Estado Mayor Presidencial, debido a que en este mismo lugar pasó la noche el Presidente Felipe Calderón.
Después de casi tres años de no visitar la Ciudad, el cantante, como es su costumbre, no se dejó ver abordo de la camioneta Lincoln Navigator porque el vehículo tenía cortinas gruesas, además de vidrios polarizados.
La Suburban que escoltó al artista, en la que viajaba su seguridad personal, entre ellos un hombre con las características de su inseparable guardaespaldas Big Daddy, trató de evitar a toda costa durante el recorrido que los medios de comunicación se acercaran al vehículo donde viajó el intérprete.
Incluso, dicha unidad ni siquiera se detuvo a pagar la cuota de la autopista, ya que previamente lo hizo su escolta.
Por momentos, las dos camionetas aceleraron la velocidad durante su marcha por arriba los 140 kilómetros por hora en la autopista y la Avenida Constitución, hasta llegar al estacionamiento del hotel.
En el Quinta Real, donde Luis Miguel pasará el resto de la semana, usaron la vieja estrategia de colocar una lona azul en el área del estacionamiento donde ingresan al hotel.
Aunque custodiadas, las calles que rodean al inmueble lucían serenas, pero esa tranquilidad se rompió con el arribo del cantante a las 3:06 horas, ya que detrás de él llegó una comitiva pero de los reporteros de espectáculos a quienes no puedo evitar.
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