Con su mirada puesta en Sonora, como reza la frase de “México en la piel”, su inigualable garbo y la voz, Luis Miguel dejó en claro el por qué sigue siendo el número uno, al ofrecer anoche un concierto de mucho nivel… a nivel de cancha del Estadio “Héroe de Nacozari”.
Cerca de las 21:15 horas, Luis Miguel fue recibido como un verdadero rey por las cerca de 10 mil personas a quienes prometía hacerlas soñar con su show.
Sus “suaves” movimientos a lo largo del escenario y su eterna sonrisa conquistaron a cientos de mujeres y uno que otro elemento de seguridad, que no resistió la tentación de moverse al ritmo de la música y la composición del sonorense Orlando Castro.
“¡Arriba Hermosillo! Muy buenas noches Hermosillo a toda mi gente linda gracias por estar aquí algunos años más”, dijo.
Treinta años de trayectoria se dicen poco pero en ése lapso de tiempo Luis Miguel ha logrado lo que pocos artistas mexicanos con su música y anoche demostró por qué es el astro de Latinoamérica.
“Esta es una maravilla de poder estar nuevamente con ustedes y poder disfrutar de todos estos éxitos, quiero que me den la oportunidad de pasarla bien ¿Cómo están?”, gritó hacia cada área del público.
Por espacio de casi dos horas, el contemporáneo cantante dio un recorrido musical por sus grandes éxitos en los que incluyó su faceta de baladista, como el artista juvenil que fue en los 80 y sus inolvidables interpretaciones con mariachi.
“Que tal está la pasión esta noche y les propongo medirlo, en sus pantallas van a verlo vamos a verlo; linda la luna, bonita la noche”, dijo entre gritos, para continuar con “la historia de un amor” que por tres décadas ha tenido con el público.
Y aunque no es “cuestión de piel”, Luis Miguel ya no “busca a una mujer” pues una guapa chica lo ha conquistado… y eso lo demuestra en su rostro bronceado apenas hace un par de días en Los Cabos, Baja California, desde el escenario.
A los seguidores ochenteros no se les “puede dejar así” y en su paso por sus grandes éxitos, “El Sol” cumple su “palabra de honor” en voz del coro del “incondicional” y “entregado” público, quien le perdona una desaparición del escenario, seguido de su inseparable guarura de color.
“Qué padre el equipo y la tecnología que trae”, dice una señora a su acompañante para seguir disfrutando “Come Fly With Me”, que da inicio con la imagen en las pantallas del mismísimo Frank Sinatra a manera del disco “Duets II”.
Gracias al misterio que envuelve su logística, el artista ha logrado mantener una enigmática imagen que rompe con todo cuando está en el escenario, tal y como lo demostró a nivel de cancha en el Estadio “Héroe de Nacozari”.
El público disfrutó de pie todo el esperado concierto que culminó con uno de sus más recientes éxitos “Labios de miel”.
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