viernes, octubre 10, 2014
Luis Miguel convence en el Palenque tapatío
No hay escenario pequeño para el "Sol". Luis Miguel demostró que, a pesar de que los años ya se reflejan en su rostro, su poder de convocatoria se mantiene con fuerza y vigor sobre el escenario.
El cantante llegó por primera vez al Palenque de Fiestas de Octubre la madrugada de este viernes, con un espectáculo que cumplió las expectativas de un público que disfrutó ver a Luis Miguel de frente, amigable, íntimo y sin cercos exagerados de seguridad.
No es él mismo de hace 20 años, pero su voz enamoró y se entregó por completo a interpretaciones que predominaron en el mariachi y breves recorridos por su faceta pop.
Luis Miguel bailó desde el inicio del concierto que logró reunir a casi tres mil personas. Si bien su silueta ya no es la de un jovencillo, el artista presumió de una vitalidad frenética y un cuerpo maduro que aun brinca y mueve la cadera al ritmo de los aplausos.
"Quién será" fue la canción que inauguró el repertorio -que durante hora y media- entretuvo a los asistentes, incluyendo a su novia, la polaca Kasia Sowinska, que permaneció atenta y sentada en el ruedo del escenario, contemplando como su pareja levanta suspiros entre las damas y respeto entre los caballeros.
La incertidumbre por conocer cual sería la actitud de Luis Miguel en el Palenque fue notoria entre los tapatíos, pues ante los 30 minutos de retraso para que el cantante por fin hiciera acto de presencia a media noche, desde las gradas comenzaron a escucharse chiflidos en signo de desesperación por ver al "Sol" tras casi dos años de ausencia en Guadalajara.
Ni la "Incondicional" ni "Ahora te puedes marchar" fueron cantadas aunque eran solicitadas con gritos desgarradores. Luis Miguel hizo su show a su propio ritmo respetando las versiones originales de cada tema que fue musicalizado por una banda integrada por guitarras, trompetas, batería y una corista.
Clavado en el centro del foro, Luis Miguel hizo lo que mejor sabe: cantar a pulmón abierto y derrochar coquetería a la menor provocación. Vestido completamente de negro, el intérprete se desabrochó el saco haciendo su característico brinco en un solo pie antes de entonar "Solo tú", "Sol, arena y mar" y "Suave".
Ni tan diva ni tan frío. Luis Miguel se dejó querer por el público que se adueñó de los coros cuando tocó turno de "Amor, amor", y de un par de boleros clásicos como "Mucho corazón".
Tampoco dio un discurso justificando su presencia en la Perla Tapatía. Solamente cantó pero conviviendo cálidamente hacia la gente que no dudó en arrojarle rosas rojas al escenario.
El mariachi apareció al "Son de la negra", canción con la que se emprendió una sesión de rancheras clásicas con "El viajero", "La bikina" y "Si nos dejan".
Sentado en el borde que separa el ruedo de las gradas, Luis Miguel se acercó al público para cantar "Échame a mi la culpa" y "Sabes una cosa".
"¿Cómo dice, Guadalajara?", expresó previó a "Fallaste corazón" y "Cielito lindo". Despidiendo al mariachi, Luis Miguel hizo reverencia juntó a la agrupación vernácula "Gallos de Oro", para finalizar su debut en el Palenque entre baladas y un poco más de pop con "Eres" y "Será que no me amas".
Por momentos y con toda tranquilidad, Luis Miguel permitió que un par de mujeres lograran plantarle un beso, pero eso sí, solamente su novia, Kasia Sowinska, fue la que recibió el cariño de boca a boca ante la mirada de todos.
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