Una pose perfecta no se suele compatibilizar bien con el jet lag. Pero el cantante Luis Miguel es un profesional de su imagen, y la sonrisa que le acompaña se esmera en agradar al interlocutor. Vestido de negro, con el pelo hacia atrás y un tono demasiado uniforme en el rostro, así nos recibió.
Una suite en un céntrico hotel de Madrid fue el lugar del encuentro. Llegar a ella costó lo suyo, horas de espera y un puñado de 'controles' de asistentes y demás personal, incluido el de seguridad. Todo un desafío a la paciencia del entrevistador. Al final, la charla corta y amena resulta suficiente.
Espero que sea usted mi cómplice en esta entrevista.(Risas) Muy bien...
Si estamos aquí es porque usted ha decidido firmar una tregua con la prensa.
Lo que quise hacer principalmente era presentar mi nuevo trabajo, pero siempre me he querido acercar a los medios. Lo que sucede es que ha habido una ola muy fuerte de programas de espectáculos y farándula que han cruzado los límites del respeto entre el artista y el periodista.
¿Se le hace difícil?
Hablar de la vida personal es como exponer a tus seres queridos, a tu hijo, a tu noviaCreo que todos tenemos que dar un primer paso y abrirnos, si queremos, respecto a nuestra vida personal. Pero es difícil considerarlo, porque es como exponer a tus seres queridos, a tu hijo, a tu novia. Siempre he estado abierto a los medios, siempre y cuando tuviera que decir algo a nivel profesional, que realmente es el área pública de mi vida.
Cuando alguien habla de Luis Miguel, piensa en canciones románticas, ¿está encasillado o ha llegado donde quiere?
Sí, ha sido una música dedicada al amor desde el principio. Por eso es interesante este disco, Cómplices, en el sentido de que tiene una profundidad, es más maduro e intenso. Y me gusta además la idea de interpretar en las canciones un papel no sólo de bueno, sino también de malo, del tercero en discordia. Pero no es que yo piense ni sea a sí…No lo parece...(Risas) Yo estoy interpretando un papel, como un actor que hace una película, que no siempre hace de bueno. Hablo un poco de todas las situaciones por las que puede llegar a pasar una pareja, y la idea es que el público se pueda identificar con las canciones. Creo que se ha logrado un gran trabajo que me satisface. Estoy muy contento con el resultado final.
¿El bolero ha sido una de sus grandes historias de amor?
Así es. Ha sido parte importantísima porque con él pude de alguna forma juntar generaciones, la madre con la hija, la madre con la abuelita… Yo eso lo he visto en las giras. Cuando empecé con los boleros en Romance 1 ya vi que el público ya no era sólo infantil o juvenil. Y eso fue gracias a los boleros, grandes canciones que tienen una vigencia tremenda. Cuando algo es bueno, es bueno.
Pero le gustarán otros tipos de música…
Si, yo oigo todo tipo de música: clásica, hip hop, etc. Me encanta tener una referencia de la música en general, pero una cosa es lo que yo pueda oír, que me podrá gustar o no, y otra cosa es lo que yo adoptaría como artista. Y he incursionado en diferentes géneros, como baladas, mariachis, big band, todos completamente diferentes, pero yo me siento identificado con ellos, y por eso los canto.
Es que a Luis Miguel se le imagina uno con un micrófono antiguo en la mano y no con un iPod…(Risas)
Si, la verdad es que mi tendencia y gusto por las cosas es más clásico que moderno. Y créeme, aprecio y sé reconocer cosas de calidad de hoy, pero me identifico mucho menos con esta música que con la que se hacía de una forma mucho más artesanal. Ahora es muy comercial, muy fría a veces, y se recurre a trucos muy trillados, como usar grandes canciones de los 60 o 70, los llamados loops.
La misma Madonna lo hizo en su disco anterior.
Exactamente. Pero no digo que esté mal, es muy divertido y lo disfruto como oyente. Pero tiene mucho más mérito, sobre todo ahora, tener esa inspiración de poder hacer canciones con profundidad, canciones nuevas, con una riqueza musical importante. Y por eso este genio que es Manuel Alejandro ha podido sacar de mis vivencias un gran disco adelante.
¿Cómo surgió la colaboración con él?
Nosotros nos conocimos hace 17 o 18 años. Y ya habíamos colaborado antes en dos canciones, Al que me siga y Si te perdiera. Formaron parte de mis discos de boleros. Pero siempre nos quedamos con las ganas de hacer un disco completo, y eso nos tomó el tiempo que nos tuvo que tomar. Finalmente lo logramos, él hizo su trabajo como compositor, arreglista y coproductor y yo como coproductor y como cantante.
¿Dónde se ve dentro de 20 o 30 años?
Dentro de 20 años me veo, a nivel personal, con mucha salud. Ojalá me pueda ver. (Risas) Primero, a nivel personal, con mucha salud, algo que también le deseo a la gente que sigue. La salud es lo básico, porque de nada sirve todo lo que puedas hacer en tu vida si no tienes eso, Y segundo, me gustaría seguir contando con el apoyo y el privilegio que me da el público. Y seguir desarrollándome como artista y a nivel profesional. El éxito es difícil y más difícil es mantenerse. Y es necesario tener a incondicionales y cómplices para ello.
¿Su condición de padre ha afectado a su carrera?
El impacto que ha tenido el hecho de ser padre ha sido muy fuerte, muy interesante, y me ha hecho ver un aspecto del amor que yo no conocía, el del amor a un hijo. Es indescriptible, porque es un amor tan puro y tan bello que me ha despertado otros aspectos de mi vida. Y ahora entiendo mucho más letras más profundas, situaciones más maduras, con las que se puede identificar otro tipo de público.
Si no fuera Luis Miguel, ¿a quién le regalaría su disco?
Es un disco que creo que es una historia en sus diferentes facetas. Todas basadas en el amor o en el desamor. Son vivencias. Es un buen regalo para cualquier persona que tenga y sienta pasión, que tenga sensibilidad y que sea romántico.
¿Cómo ve la industria musical en general?
Siento que la música de hoy está pasando por una etapa difícil, en la que hay que reencontrar lo auténtico. Y a la industria musical le pasa lo mismo por la piratería y el downloading. Y cuando hablo de la industria, hablo de todos los que formamos parte de ella, de hecho, a la propia música la estamos matando cuando, por ejemplo, no compramos los discos originales. Hay muchos estudios que han cerrado, las compañías de discos se han visto afectadas. Hay que crear una conciencia en la gente para que entienda que la música es cultura, que debemos protegerla porque es nuestro deber.
¿Le inquieta cómo está mundo? ¿Sigue la actualidad?
Si, soy lo que los americanos llaman un news yunkie. Veo las noticias de todas partes del mundo y estoy realmente interesado en todo lo que ocurre. La crisis económica mundial, la pobreza, el calentamiento global, etc. A fin de cuentas, todos vivimos en una misma casa, que es nuestro planeta, y estamos acabando con él. Uno mismo debe hacer el cambio por sí mismo.
¿Quién le hace bajar a la tierra cuando su vida profesional le desborda?(Risas)
¿Sabes quién ha venido a darme muchísima paz? Mi hijo, de verdad que sí. Tiene sólo un año y medio, pero es una belleza, porque me da la paz que yo tanto anhelaba y necesitaba. Me ha venido a salvar de esta vorágine, de este mundo y esta vida que llevo tan imparable de viajes, aviones, países. Es una gran bendición, es un angelito.
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