Muchos fans de uno de los latinos más codiciados comprobaron el domingo que su ídolo es de carne y hueso. Poco antes de concluir su concierto en el Palacio de Deportes, Luis Miguel se desplomó en el suelo mientras cantaba y bailaba una de sus canciones, dejando al público estupefacto al comprobar que no se trataba de un mero tropiezo.
La organización apagó al instante las luces sumiendo a los presentes en la más absoluta de las incertidumbres. «Estaba bailando cuando se cayó de una forma muy rara y enseguida se acercaron sus dos guardaespaldas y el bajista», contó ayer a ABC uno de los espectadores que se encontraba en primeras filas de las gradas.
Ya a oscuras, los más cercanos podían adivinar lo que hacían las siluetas sobre el escenario. «Tardó al menos un minuto o un minuto y medio en reponerse, lo levantaron y se quedó sentado un momento mientras terminaba de recuperarse», narra este testigo.
A los pocos minutos y sin explicación de ningún tipo, el «Sol de México» retomó su concierto como si nada hubiera pasado, con una naturalidad que desconcertó aún más a las miles de personas que presenciaron lo ocurrido. «Se le veía cansado, yo he ido a otros conciertos suyos y suele estar más animado y moverse más», señala este seguidor de Luis Miguel, que responde a las siglas D.M.B.
«Calor y cansancio»
La versión oficial que dio ayer a este periódico Live Nation, la compañía que gestiona su gira, es que se trató de «un mareo provocado por el calor y el cansancio. Ha hecho tres ciudades seguidas y eso se nota, porque él se deja la piel y cada concierto desgasta mucho», subrayaron. Antes de llegar a Sevilla, Luis Miguel había cantado en Elche y en Málaga el viernes y el sábado.
En Sevilla llevaba 13 años sin cantar, y muchos de sus seguidores sospechan que volverá a tardar otro tanto en volver. La acústica del recinto, criticado en varias ocasiones por no estar bien acondicionado para este tipo de espectáculos, fue otro de los puntos negativos del concierto del domingo, convertido en una carrera de obstáculos para Luis Miguel. Esta semana repite tres días seguidos de actuación en Barcelona y Madrid, con lo que es inevitable hacerse la pregunta de si se repondrá del cansancio o volverá a desmayarse.
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