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martes, febrero 21, 2012

Los mentores de Luis Miguel revelan sus mitos y obsesiones


Dos hombres crecidos en las antípodas. Uno es mexicano y el otro, español. El primero hizo su fama en el susurro romántico del bolero y el otro, en la pompa de la balada española. Uno empujó a su ahijado artístico hacia la canción latina en sepia y el otro, hacia el pop más fresco y comercial. Al mexicano no le dan demasiadas ganas de hablar de su antiguo protegido, mientras que el español puede acumular minutos despachando anécdotas y recuerdos. Pero, desde hace más de una década, hay algo que los hermana: Armando Manzanero (76) y Juan Carlos Calderón (73) no sólo son dos de los más trascendentes autores de la música hispanohablante, sino que también las figuras que mayor influencia han tenido sobre Luis Miguel.

Por eso coinciden en el triunvirato de cualidades que definen al intérprete: exigente, complejo y hermético. "Es un tipo educado y que te exige al máximo", resume Manzanero, al teléfono desde Ciudad de México. Calderón, desde Madrid, se suma: "Las sesiones de grabación eran muy tensas y densas. Eran buenas, pero él siempre quería más".

Calderón pudo calibrar tal temperamento desde mucho antes que Luis Miguel asestara la celebridad. Luego de facturar hits para Nino Bravo y Mocedades, en 1985 el sello EMI le pidió que se encargara del primer álbum en español de Sheena Easton. Como anzuelo, la disquera le exigió que grabara un dueto de Me gustas tal como eres con Luis Miguel, un imberbe de dientes generosos que ya escalaba como fenómeno. "A 'Micky' lo conocí a los 14 años", rememora. Luego sigue: "Cuando concretamos el dueto, su padre me invitó a cenar y ahí vi todo su mundo. Su papá lo cuidaba mucho, era muy protector y absorbente. El era un jovencito muy divertido".

Tras el golpe inicial, Calderón volvió a trabajar con el mexicano en Warner e inició su era más brillante: le produjo y escribió tres álbumes, que incluían himnos como La incondicional, Fría como el viento, Entrégate y Tengo todo excepto a ti. "A los 18 años le estaba cambiando la voz y estaba muy temeroso. Estuvimos un mes en un hotel de Los Angeles ensayando y convenciéndolo de que su voz era bonita. No se atrevía, tenía miedo, pero una vez fuimos al estudio, empezó a cantar y se convenció de que era un talentazo".

Con el éxito continental, el compositor empezó a detectar uno de los rasgos más marcados de su pupilo: el cerco con que protegía su vida. "Cuando cumplió 20 años, las grabaciones se volvieron muy tensas. Nos seguíamos riendo mucho, pero ya era un tipo exigente y complejo. Estaba enterado de todo en torno a sus álbumes. Nunca me habló de su vida privada y tampoco se lo pregunté. Jamás llegamos a profundizar algo. Pero siempre creí que el hermetismo era parte de su éxito. Si se pasaba de simpático, podía destrozar el magnetismo del mito", cuenta.

Pese a los millones que el español facturó con Luis Miguel, Manzanero es tajante: "Siento que yo inicié la etapa que lo puso en el ojo mundial". Calderón retruca: "Nunca creí en la idea de los boleros. Podría haber seguido haciendo otra clase de discos". Y ese período empezó cuando Manzanero produjo Romance (1991), el título más vendido en la carrera del artista y el mismo que inauguró una saga de una década consagrada al género. "Mi relación con él siempre fue normal, porque conmigo se comportaba como un tipo común. Era muy exigente, una persona muy trabajólica. Pero ahí están los resultados".

¿Y volvería a trabajar con él? "Claro. Tengo la política de que esto es trabajo y hay que hacerlo cuando aparece la oportunidad. No podía hablar algo negativo de él". Eso sí, enterado de que su ex cría artística mañana volverá a la Quinta Vergara, tras 18 años, lanza: "El aún es un intérprete actual y me parece un acierto, pero no volvería ahí ni por todo el oro del mundo. Los géneros y los públicos han cambiado. Quiero mantener los buenos recuerdos", cierra.

Cantante planea duetos virtuales
Manzanero y Calderón son parte esencial de los 30 años de "Luismi", la misma efeméride que festejará en Viña 2012. Para concretarlo, el mexicano aparecerá cerca de las 00.30 horas -antecedido por Diego Torres y las competencias-, con un montaje sofisticado que usará los mismos elementos de la Quinta y con un juego de imágenes donde planea montar un par de duetos virtuales. Será un total de 90 minutos. Su arribo está planeado para mañana en la tarde y en jet privado proveniente de Punta del Este. Su staff ya sondeó dos restaurantes de la Ciudad Jardín, en caso de que quiera quedarse tras su show.

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